En el Nacimiento, podemos simular montañas de varias formas y con distintos materiales, según queramos que parezcan de cercanía o lejanía.
Para simular montañas cercanas, podemos utilizar, trozos de porexpán blanco, pegándolos de forma irregular y haciendo entrantes y salientes, trozos de corcho salvaje, cortezas de árboles, etc…, cubriéndolos siempre de una capa de escayola diluida, para no tapar las irregularidades. Una vez conseguido el efecto deseado y la escayola seca, procedemos a pintar el fondo con pintura diluida, gris oscuro, rojo inglés, ocre y verde, mezclándolas en algunas zonas. (Figuras 9 y 10)
Cuando esté seca la pintura, damos en varias zonas, una capa de cola blanca diluida y esparcimos poco a poco con un colador, arena previamente teñida de ocre y rojo inglés, barriéndola cuando esté seco, con una brocha plana, pintando con la técnica del pincel seco con blanco y una pizca de ocre y naranja, las partes más superficiales para finalizar. Por supuesto que podremos colocar en algunas zonas trozos de musgo.
Las montañas más lejanas, deben tener menos irregularidades y la forma más fácil de hacer, es con papeles colocados sobre trozos de porexpan o sobre cualquier material que sirva de soporte, cubriéndolos con vendas de escayola, que podemos comprar en ortopedias o fabricarlas. Cuando la escayola esté seca, pintamos con pintura diluida color ocre y gris claro, dando después veladuras de colores rosáceos, violetas o gris azulado, terminando con una última veladura de blanco, con lo cual conseguimos unos colores indefinidos que nos dará una buena sensación de lejanía, no debiendo colocar musgo, ni por supuesto ninguna figura, pues arruinaría el efecto de lejanía. (Figura 11)
Si queremos simular rocas o montañas que penetren en el agua de un río, cascada o lago, tenemos que utilizar porexpán del duro, pintándolo con la misma técnica, pues tiene la ventaja de mantenerse seco, sin salida del agua por capilaridad. (Figura 12)
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