Este año vamos a explicar dos efectos que pueden ayudarnos sobre todo en belenes pequeños la iluminación reflejada y el uso de espejos.

Algunas veces, sobre todo al iluminar una escena situada en el interior de una cueva o edificación, para que no se vean, debemos situar las bombillas en posiciones en que la cara de alguna de las figuras nos queda a la sombra.

Para evitar este inconveniente utilizaremos un trocito de espejo que colocándolo en el sitio y con la inclinación adecuada frente la figura deseada, conseguiremos que la luz de la lámpara se refleje en él e ilumine la zona no iluminada de forma directa. Para no estropear el efecto debemos camuflarlo con algún elemento de construcción.

LOS ESPEJOS.

En la construcción de dioramas o nacimientos pequeños, podemos aumentar la sensación de profundidad de alguna zona determinada, si hacemos que se refleje en un espejo, la imagen de alguna construcción o un paisaje construido en una zona oculta a la vista del espectador y situada a menor distancia.

La principal dificultad de este efecto óptico, es disimular totalmente la presencia del espejo, de forma que la imagen que se refleja en él, parezca que forma parte de la visión directa del nacimiento. Para ello debemos camuflarlo tras el vano del arco, de una puerta o una calle estrecha, o bien enmarcado por la oquedad de una cueva. De esta forma ocultaremos las líneas del contorno del espejo, también debemos colocarlo de forma que no se refleje en él ningún elemento que no queramos que se vea.

Hemos de tener cuidado con los tamaños para no romper la perspectiva y tener el espejo muy limpio para que no se refleje nada que no queramos en él.

Para conseguir el efecto deseado debemos seguir las leyes físicas de la reflexión de la luz para calcular la correcta posición del espejo:

Llamaremos rayo incidente a la recta trazada desde la imagen a reflejar, hasta la superficie del espejo (AO).

A la perpendicular a la superficie del espejo, en el punto en que el rayo incidente toque a la superficie de éste, le daremos el nombre de línea normal (ON).

Al ángulo formado por el rayo incidente con la línea normal, le llama remos ángulo de incidencia (a).

El rayo de luz que llega al espejo (rayo incidente), se refleja en la superficie de éste, formando el rayo reflejado (OB), un ángulo con la línea nominal que llamaremos ángulo de reflexión (ß) igual al ángulo de incidencia, y en el mismo plano formado por el rayo incidente y la línea normal: (a = ß).

La imagen reflejada se formará ante el espectador, tras la superficie del espejo, en la línea prolongación del rayo reflejado y en posición simétrica de la imagen real con respecto al espejo.

La imagen reflejada se alejará considerablemente del espectador, por lo que para conseguir el efecto de profundidad, construiremos el elemento a reflejar, de un tamaño más reducido que el de los elementos que vemos de forma directa.

Deberemos realizar muchas pruebas prácticas para poder aplicar correctamente estas leyes y conseguir los efectos deseados